22.10.08

una noche muy larga

q estraño es el poder de tus palabras en mi descanso nocturno, me erizan la nuca, me acarician como pequeños dedos eléctricos, poseedoras de una sutil familiaridad.

una palabra tuya me transporta a mil instantes únicos, calles de barcelona, paisajes de mar y montaña; a caídas de imperios y barrocas enfermedades.

a cosas vanales: carteles de panaderías, conversaciones en noches frías y en cálidas tardes.

a sábanas empapadas en sudor, placer -y otros.

a unos cálidos dedos, electrificantes, conocidos y conocedores, una lengua precisa como una flecha que retiembra mi consciente.

tus palabras me sirven de consuelo y alivio, me invitan a reunirme con ellas y formar un pequeño ejército para batallar en campo abierto, sin más reglas q las del caos.

gracias, tribuno, por la tormenta de plasma que me acompañó toda la noche